viernes, 23 de diciembre de 2011

Como el conversar con las estrellas, iluminadas y resplandecientes, alimentando la ilusión, tan solas y aún así tan brillantes, haciendo volar hasta el pensamiento más sutil.
Como el andar desesperado, sin saber donde ir, pero a toda prisa, sin saber donde llegar, pero sin gritar.
Como el aroma de ayer, pero sin mañana, suave e imperceptible, consumiendose de ha poco, sin más.
Como el sol sin su luna, que más poder decir...
Y las estrellas siguen ahí, iluminadas y resplandecientes, tan solas y tan brillantes...











Mercedez Brito

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